Música

No tengo mejor amiga que la música. Esa amiga que siempre ha estado a mi lado, en las buenas y en las malas. Me ha levantado cuando me he caído y me ha acompañado hasta por los peores caminos. No sé quien sería hoy si no le hubiera encontrado el gusto y la pasión a la música.

Me puedo pasar horas en el piano tocando, aprendiéndome canciones nuevas, improvisando y pues jugando a ser artistas y personas de otras épocas. La esencia del piano lo es todo para mi, desde escuchar los sonidos armoniosos y melódicos, que salen de las cuerdas del piano, hasta el sentir las vibraciones de cada nota bajar por mi espina cordal. Tocar el piano no es solo utilizar los dedos y los ojos, pues hay mucho más funciones del cuerpo trabajando detrás de cada melodía.

Mi pasión más grande es la música. Claro que tengo otras pasiones, pero ninguna como la música. Me llena como persona, me hace feliz y me da esperanza en el futuro, en que algún día el mundo conocerá mi música y todo lo que tengo dentro.

Me gusta la música porque con ella y a través de ella me puedo expresar, puedo sacar los problemas que tengo, puedo sentirme mucho mejor y puedo hacer sonreír a la demás gente. No hay lenguaje más hermoso que el de la música, bueno en mi opinión, por que uno no habla con palabras, si no con la expresión entera del ser.

En fin, para no hacerte largo el cuento, si yo te pudiera dar un consejo sería que siempre tengas a la música a tu lado y que, si pudieras, aprendieras a tocar algún instrumento. Mis días cambiaron desde que aprendí a tocar el piano, soy una persona más llena, más feliz, más viva.

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