Todo Pasa Por Algo

La vida tiene una forma muy misteriosa de hacerme entender las cosas, es como si todo lo que he estado viviendo me ha estado preparando de manera específica para lo que estoy viviendo y lo que estoy a punto de vivir. Es como si los sucesos que he estado experimentando y todo lo que he ido aprendiendo en mi camino son algo más que una mera y simple coincidencia, he cambiado mi forma de pensar de lo que pudo ser la casualidad a lo que es la causalidad. Siento como si los lentes de mi percepción se han ido actualizando y gracias a ello he podido comprender mejor esto que llamo vivir.

Siento como si mi vida fuera un rompecabezas y que cada una de sus piezas se va acomodando por sí misma exactamente en su determinado lugar. Si veo cada una de las piezas, por separado, yo pensaría que ninguna de esas tendría algo que ver con la imagen entera, pero no es la primera vez que estoy mal en algo, al contrario siempre he estado mal en muchas de las cosas, pero bueno ese es otro tema.

Si pudiera regresar el tiempo y tuviera la oportunidad de decirle a mi yo más joven lo que he aprendido, lo que he vivido, lo que ahora veo y ahora entiendo, siento que no sería capaz de comprender que realmente la vida tiene un plan para cada quien. Un plan que está meticulosamente adaptado a mi ser, tan personalizado que me da miedo que algo tan perfecto pueda ser real.

Pero, como siempre he dicho (y muchos más también): por algo pasan las cosas. Jamás había entendido bien lo que está simple y reiterada frase verdaderamente significa. Por algo pasan las cosas; por algo hay que sufrir, por algo hay que caer, por algo hay que estar en depresión, por algo hay que ser heridos, por algo hay que sufrir, por algo hay que experienciar la soledad... y ese algo es que todo lo que nos pasa nos está preparando para lo que viene. Nos está preparando para peores momentos, para que seamos más fuertes, para que lo que venga ya no sea capaz de tumbarnos, para conocer realmente quienes somos, para conocer nuestros límites, nuestras virtudes, nuestra personalidad y de más. No hay nada que vaya a pasar en nuestras vidas que no nos vaya a cambiar y ayudar un poco, todo es una enseñanza y un regalo.

Yo pensaba que uno no cambia. Sinceramente (y erróneamente) pensaba que las personas no cambian y tristemente muchos de los consejos que di los basé en ese mismo ideal, pero hoy sé que estaba mal, que la gente cambia, para bien o para mal, pero uno no es constante por el resto de su vida; así como las estaciones y los gustos cambian. Y me he dado cuenta que yo he ido cambiando de una manera espectacular, pues hoy en día tengo un panorama mucho más amplio del que tenía hace 6 años. Hoy soy capaz de comprender lo que alguna vez pensé que no podría asimilar en mi existencia y eso es que sí hay espacio para cambiar y que la gente que conocía hace 6 años no es, ni tan poquito, igual a lo que hoy es.

Mi nueva capacidad de entendimiento sobre dicho conflicto que tenía se dio gracias a que he sido capaz de comparar lo que era, lo que fue, con lo que soy y lo que es y me he dado cuenta del gran paso que he dado. Ahora puedo decir que he agregado la clarividencia a mi arsenal de capacidades y que hoy en día me conozco más que nunca. Todo esto a merced de la vida y su misteriosa manera de darme lecciones. Claro, las enseñanzas han sido difíciles y a veces hasta crueles con mi ser, pero ahora sé por qué tuve que sobrepasar todo eso, porque si no hubiera pasado por todo lo que he vivido hoy no sería la persona que soy.

Todo pasa por algo y estoy completamente agradecido con la vida por darme la capacidad de ampliar mi horizonte, pues hoy estoy plenamente seguro de que todos los pasos que he dado, buenos y malos, me han dado todo lo que actualmente tengo. Estoy totalmente consciente de que tengo que ser agradecido con todo lo que la vida me comparte, de que tengo que valorar todo lo que se me ha otorgado, de que siempre tengo que dar lo mejor de mí, pues todo es parte de un plan más grande que yo, más grande de lo que alguna vez pude pensar y concebir.

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