Confiar es Amar

Hoy más que nunca confío en lo que la vida me pone delante. Nunca había confiado tanto en que lo que vendrá, vendrá. Tantos años que pasé esclavo del miedo, de la confusion, de la incertidumbre y hoy me siento libre gracias a que he puesto mi vida, mis pasos y mi camino en las manos de la vida. Solía pasar horas, diariamente, pensando en lo que estaba por venir, en qué era lo que tenía que hacer, en cuales eran mis responsabilidades, en todo eso que tenía que hacer para poder llegar a ser la persona que quería hacer y nunca me di cuenta que solamente estaba gastando mis energías, mis emociones y me estaba poniendo una enorme carga en mi diario vivir.

No sé exactamente cuando fue el punto de inflexión que hizo que mi percepción y mi manera de ver la vida cambiaran rotundamente. Quiero suponer que fue en alguno de mis momento más decadentes del año pasado, pero doy gracias de haber sido invitado a la obscuridad, al miedo, al temor, a la duda, pues gracias a esos obstáculos hoy veo más claramente como la vida te da todo lo que necesitas, exactamente lo que yo necesito.

Todas mis preocupaciones sobre mi futuro, sobre el siguiente día, sobre lo que debía y tenía que hacer, sobre si estaba en el camino correcto, toda esa pesadumbre estaba ensuciando el lente con el que veía mi vida. Me preocupaba con anterioridad de cosas que no habían pasado y de situaciones que existía la posibilidad de nunca tener que pasar por ellas, pero igual gastaba mis emociones, mi tiempo, mi fuerza, mis energías y mi vida anticipando lo inexistente. Yo solo me esclavicé en eventos inexistentes, inhibiendo mi vida de poder estar en paz, de poder vivir en tranquilidad y felicidad.

Sinceramente no sé por qué me tomó tanto tiempo aprender esto, tal vez porque puede que me guste un poco sentirme mal, o tal vez demoré dicha verdad para poder permanecer unos segundos más en mi zona de confort, no lo sé, pero hoy entiendo que lo que necesitaba para salir adelante era aceptar lo que se me daba, ser agradecido con cada lección que la vida me comparte y de alimentar mi inocencia, pues la espera no le ayuda a nadie, solamente nos carcome poco a poco con el tiempo.

No siempre se me va a dar lo que yo quiero, deseo o anhelo, pues la vida no está aquí para darme lo que yo quiero (debo de ser un poco menos egoísta), sino la vida existe para darme lo que necesito para llegar a ser la persona que estoy destinada a ser. Hice el error de tratar de entender por qué la vida me da lo que me da, cuando en realidad solamente debería de agradecer lo que se me proporciona. Dicho esto, cada día entiendo un poco más a mis padres y su incansable dicho "solamente tratamos de darte lo mejor para ti", siempre lo han estado haciendo y yo no era capaz de ver eso, pues mi mirada la tenía centrada en mí, mi vista solamente veía lo que yo quiero y no lo que los demás querían compartirme.

Me costó mucho asimilar que lo mejor para mí no siempre es lo que yo pensaba que era algo bueno para mí. Creí saberlo todo, creí ser el mejor juez, el más maduro, el que no necesitaba más lecciones, el único con el poder capaz de enseñar a los demás, pero una vez más estaba mal y no está tan mal estar mal, siempre y cuando uno se de cuenta de que lo está, malo sería quedarme con esa mala noción de la vida y nunca salir de ese agujero.

Confiar en que la vida te dará lo que necesitas es importantísimo para poder salir adelante, para salir del estanque de la incertidumbre y la duda. Todo se va a dar, todo se devuelve, todo mejora, todo se solucionará, todo traerá cosas buenas y positivas a quien decida confiar. Gracias a todo lo que he vivido, sé que confiar es amar y hoy más que nunca amo vivir.

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